Maldita sea la hora
Maldita mil veces sea
Al silencio perpetuo
El espectro se manifiesta
Su poder en rojos ojos, mira
Su magnetismo trae consigo el miedo
Sus garras rasgan la pared al caminar
Los tenues pasos manchados por la lentitud
Gotea de su hocico, baba hecha rabia
Escupe
La pezuñas galopando espantosamente a la nada
Su ticica extremidad alcanza mi sombra
La defecación que mancilla el atrio consume entre negros velas
Una a una se apagan
El último suspiro de luz, muere
Todo es negro, el brillo de sus ojo me hipnotiza, se apodera, me posesiona.
