Nihil
Objetivamente la existencia de los seres vivos culmina en un lapso de tiempo llamado años,
eso está comprobado científicamente, moralmente e incluso religiosamente,
entonces partamos del camino en el que debemos transitar individualmente, el
aporte a la existencia misma de la raza humana y su desarrollo o su degradación.
El vacío del pensamiento excede la probabilidad de su
utilidad por miembros de una interacción humana es decir la sociedad, el estancamiento
en la rutina, la mente se adapta a actividades útiles solo para satisfacer su
necesidad el “ser parte de algo por determinado lapso de tiempo en un
determinado sector del ámbito laboral, educativo, cultural, etc.”
La vida útil ante la generación de trabajo podemos
evidenciarlo en la estructura social, y luego sin desagrado de sus
descendientes decae el oficio y quedamos en la patética nada.
A esta nada “Nihil” lo llamo al paso lento de los seres
frente a quienes no ha podido lograr su intervención, desde que nos alejamos de
las de más razas que habitan el mundo terrenal, nos llenamos de supuestos estos
hechos son leves indicios de retrógradas creencias que desvanecen la
posibilidad de superación y evolución, solo encojemos los pies para no dar el
paso largo a la siguiente etapa que es la transgresión de esta estructura
social decadente.
La transgresión es simple lo útil en el diario vivir a
cada ser humano el desquiciado engordamiento del llamo precio o valor de las
cosas, es el símbolo que debe ser eliminado de la mano de la iglesia es decir
el dinero, imposible lo admito es así que debe existir el caos, el cambio, la destrucción
ya sea de la mano de la propia naturaleza o del humano sediento de poder, ciego
en doctrinas de superioridad estúpida.
La estructura de una sociedad debe regirse sin estos
principios la moral, la ética de los actos cometidos deben ser sancionados en proporción
al daño cometido, sin necesidad de especificar en doctrinas legales que
entorpecen el justo proceder de la evolución.
Límites son aquellas fronteras impuestas por la propia
mente del temeroso y degradado humano que en un escritorio pasan años y años
hasta que como las postradas imágenes de sus dioses mueren, la decadencia de símbolos,
cada cultura tiene su noción del profeta y sus mandamientos atrofiaron a un más
la existencia del individuo.
La racionalidad diaria me confirma su perfil innato del
ser social actual, esta estatua de brilloso mármol debe caer, los cimientos están
podridos, debemos alejarnos en un solo brinco de esta torre gigantesca, ellos
lo llamaran suicida, y el aire golpeando el rostro nos aplaudirá, espero con anhelo
de innumerables supuestos que todo se destruya y forme parte de un nuevo
comienzo.