Surgat

lunes, 1 de agosto de 2016

LA ILUMINACIÓN



LA ILUMINACIÓN ODIO

Me veo sentado una vez más en la iglesia que acudía desde que era muy chico, creo fui el primero en llegar, veo entrar a tanta gente clamando salvación y tranquilidad en sus vidas; las palabras llegan y se van y los cantos y la ceremonia todo coordinado, todo se envuelve de una fe extraña. En la lejanía veo a un cristo semidesnudo, con su cara cubierta de sangre, sus manos lloran sangre al igual que sus pies, bajo la mirada exclamo en silencio, porque ellos no ven lo que yo veo es mi dios quien posa martirizado, sodomizado, bájate pienso en mi cabeza, porque Dios nuestro padre otorga cual martirio a su hijo, acaso un padre daría su vida por cualquier hijo suyo, si tan grande y todo poderoso eres quiero que ayudes a estas almas condenadas.
En la noche anterior tuve una visión era el propio Jesús quien en forma de un demonio me señalo los errores de esta adormecida gente, acaso ellos despertaría del letargo, están sumergidos en un sueño en el que nadie se reprocha sus males para ser mejores personas, ellos solo ven lo malo y lo juzgan, porque ellos ni Dios estuvieron cuando en los seminarios de catecismo el Padre de la iglesia manoseaba a las niñas, cuando se encerraba a como decía el confesar sus pecados y por curiosidad junto a otro niño vimos como las niñas introducían el pene del cura en sus pequeñas bocas, donde estas mi Dios acaso estas masturbándote viendo estas aberraciones, eres un mal parido, eres un invento, que carajo eres…
Siendo miembro activo de las Fuerzas armadas tome provisiones y armas al amanecer del domingo me decidí todos deben ser mártires, y el que se salve creara en su mente un estado puro de fe al que lo llamo la iluminación del odio.
Son las ocho de la noche, la gente empieza a comulgar me dirijo hacia el frente dando la espalda al cristo colgado y torturado, mi arma la empuño.
Balas vuelan
destrozadas las cabezas
llantos y sollozos pedidos de auxilio
la sangre pinta el templo
me muevo lentamente
hacia la parte frontal
mis manos juzgan con muerte
veo las victimas buscando a Dios
Dios? cual? el ausente
cierro las puertas del panóptico
es hora de declarar mi guerra contra tu existencia mi Dios…

Me dirijo violentamente hacia el Cura colocándole en el altar, tomo el cáliz que se bañó de sangre de los fieles, aprieto la garganta del bastardo tragándose su contenido; el cuchillo que afile toda la noche me servirá, tome su pene destajándolo desde la raíz, diviso una jovencita herida por mis balas se acerca, no me dice nada, ella toma el miembro cercenado y lo introduce en la boca del Cura, maldito se queja tan fuerte , clama por su Dios y él lo abandono, si a su hijo lo abandono peor a este engendro, es el estandarte de lo que es la humanidad; ella me pide la pistola que cargo con migo, la otorgo sus ojos marcan una especie de tranquilidad, es esa iluminación de odio de que la menciones, mata a el Cura y luego se voló los sesos, fue obvio ella lo entendió.
Escucho a la policía llegar de deshago de mis armas, mi misión fue el comienzo ahora desde la celda de la moral sociedad, señalare los males de Dios en ausente.





DEMENTOR 2016





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