Surgat

jueves, 27 de octubre de 2016

ENGULLIR



ENGULLIR 

Escucho el veredicto…
Su condena ya se elevó a los cielos de la justicia…
Culpable, que se pudra el bastardo asesino.
Las rejas de mi celda no son tan aplacables como lo fue mi niñez y juventud.
La desordenada vida de constantes  traumas de aquellos a quienes por obligación debía dar mi respeto por ser mis padres,
sí; a estos debo el consumo de mis miedos mediante la gula, pecaminoso camino de insaciable sabor.
Aún recuerdo el asumir los problemas en grandes cantidades de comidas, muchas veces por su urgencia casi estaban crudas, miles de sabores generaban la llamada “calma”, tal como la droga para un adicto o como la fe para el desesperado religioso;
oh glorioso mundo de sabores derrama en mí tu éxtasis.
La gran herencia tras la muerte de mis padres sirvió para ausentarme día tras día de la sociedad teniendo poco contacto con seres humanos, recuerdo un día en el que estaba haciendo compras y una señorita muy delgada se acercó poco a poco preguntándome sin tapujo alguno  que si me he visto en un espejo, la observe y dije no! ya que solo sale mi cabeza… ella sonrió profundamente como un suspiro de tierna soledad, me aleje.
Luego por distintas diligencias tuve que encontrarme con esta chica, ella trabajaba en ese súper, era como un animal que no sentía nada por nadie, pero esa pequeña figurita  se convertiría en la esperanza para el cambio de mi vida.
Años pasaron y la extrema obesidad dominaba mi ser, aquella silueta que veía a mi alrededor también tenía su desorden mental (alimenticia) ella se veía como yo me sentía.
Siempre buscaba entre mis pliegues de piel y grasa buscando mi sexo para tener otro placer además de comer, aunque muchas veces veía como vomitaba sus alimentos ella devoraba mi semen al masturbarme…
El querer ser parte de mí, la llevo al extremo decía somos seres únicos renegados de la humanidad, detestados por el piadoso dios, solo nosotros existíamos, alejábamos a todo que con propaganda de buenos amigos o amables familiares querían cambiarnos, teníamos una sola vida era nuestra, déjennos ser felices…
Un día sentí en la comida algo muy diferente tenía un sabor exquisito, le pregunte repetidas veces que era aquella sazón deliciosa, mas ella se negó a decírmelo.
Fines de semana esperaba aquel plato especial, ella me veía devorármelo con una sonrisa y melancolía única, casi fuero tres  meses que lo preparo; cada vez veía un decaimiento en su salud, cuando me percaté de que sus brazos estaban con vendas al igual que todas sus piernas me detuve y pregunte que había sucedido, a lo que ella contesto quiero ser parte de ti, observe en sus ojos nuestra locura hecha realidad…
Su carne era servida y yo la degustaba, oh dios esto es el verdadero amor.
El 14 de febrero de 2010 su sacrificio fue completo me dejo instrucciones para que en 4 horas vea el horno, su cuerpo totalmente horneado a disposición de mis gustos caníbales, su sabor era el mismo que probo los látigos en la carne del hijo  de dios, alcance un grado tan satisfactorio que sus blancos huesos los coloque en mi habitación alado de mi lugar en la cama, luego de varios días llegaron las preguntas de los familiares e incluso la policía solo supe decir que la amaba tanto que ahora forma parte de mi ser, observaron el desorden, el formol que utilizo para posicionarse en el horno y no sentir su martirio.
Todos me juzgan, todos quieren que me arrepienta, porque todos no se dedican a sus miserables vidas, acúsenme y júzguenme igualmente pude comprobar que existe dios y a él no le interesa nuestra patética existencia.
con cada deliciosos apretón de mis mandíbulas nacía en mí el ansia insaciable de devorar dicho platillo, rodajas de carne en perfecta cecina se diluye, incluso sentí una grotesca erección, mi pene sabe que eres tú, eternamente vivirás en mis recuerdos, tu sabroso sacrificio es el único que ha demostrado al mundo su hipócrita y limitada vida, no debo salir más pues si lo hacen los devorare a todos, quisiera saborear el feto humano y destrozar cráneos para comer sus sesos, teman acondicionados humanos, ya que ustedes serán el postre que engullirle.




Inferno sádico/2016

No hay comentarios:

Publicar un comentario