ÚLTIMA CENA
(PURGA
SOCIAL)
Durante algunos años he recorrido el centro de Quito
obviamente por mi trabajo y el lugar donde vivo, la mayoría de veces las he
recorrido solo, siempre tomando el cuidado respectivo que ocasiona el vivir en
este sector central de la capital, he visto tanta mierda que ha salido del baño
más asqueroso andando por ahí,
mendigando sin ninguna vergüenza
misericordia por la limosna que bendice el creador mientras para calmar
su angustia hacen de sus vicios el alimento de la voluntad no tan buena de la
gente, en esta época del año aumenta esta malicia llamada mendigos, su hedor a
derrota sube a mi olfato, esta me llena de rabia y desprecio, en sus ojos veo el sacrificio que hiso
cristo, es su obra el mundo lo heredaron las ratas, la miseria y los curas con
plata a los pies del señor, no lo soporto más y más han de comulgar las calles
infectadas de ayuda; mi paranoia evidente solo con la idea de su existencia,
estalla, planeo la purga social, es así que llegó todo a su fin.
Adquiero una considerable cantidad de Racumin, esparzo
eufóricamente por toda la comida que prepare para la noche buena, previamente
he invitado a todo el conglomerado decadente de las frias calles, sus fauces
gimen de hambre, tienen frente a ellos deliciosos manjares, e incluso el
párroco, monjas y mucha gente misericordiosa sonríen y devoran los alimentos;
observe por casi una hora en el centro eclesiástico estallar en llantos,
lagrimas, vómitos, mierda y orina la cruel muerte de estos seres, ellos
heredaran los cielos porque la tierra es de nosotros, al sonar las doce
campanadas todos yacen fenecidos, me dirijo a mi hogar con mi pecho totalmente
calmado, sobrio de angustias y libre de culpa, el próximo año lo hare con mucho
gusto.
Ángel de la guarda mi dulce compañía
No me desampares ni de noche ni de día
Hasta que me pongas en los brazos de Jesús en agonía
INFERNO SADOGOAT
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