ANIMAL
Golpea a mi reja, el mismo celador de hace ya
cuatro años, como si mis actos fueron juzgados por este imbécil, su vista
siempre tan vengativa; ¿mis actos en libertad fueron tan atroces? como para
merecerme tanto odio. Los medios escritos a los que mi clase de persona tenemos
alcance, más que para limpiarse el trasero después de cagar; mencionan al
animal que mutilo, descuartizo y violo a casi una docena de personas (como si
los animales de cuatro patas no contaran), lamentándose de mis actos, maldiciendo
mi existencia. Fotos, entrevistas, fama; y ni siquiera conmueven mi
remordimiento, cada insulto es un insulto frente a un espejo, todos controlan
sus enfermedades con trabajo, rutina, matrimonio, drogas, etc.
Para mí todo es un sueño tan espectacular, mi
forma de encontrar la felicidad era, es, y será el dolor que provocan mis
torturas, encantado por los gritos y gruñidos de mis víctimas; era tan hermosa
esa obra maestra, ahora comprendo a Beethoven o a Hitler su extraña forma de
excitación por el caos del sonido, hedor, y agitante momento.
Creo que la rutina diaria de mis muertos,
hacían tan exaltante la mutilación, me encantaba manosearlas y a los varones
decapitarlos, siendo mis trofeos de casería, es tan risorio recordarlo. Los
ojos con mis pulgares se los hundía, tal vez por que leí en un antiguo libro
que ahí se esconde el alma del condenado.
Todo estaba tan cronometrado, y exacto que
por un bastardo descuido fui atrapado casi infraganti; creo que mi trabajo tan
nómada sirvió como cuartada, cada vez que pedían información de los
desaparecidos.
En una pequeña ciudad, caí en una profunda
depresión al no encontrar una de esas perfectas victimas que excitara mi
miembro. Así que preferí beber una
cantidad extremadamente alta de alcohol, al despertar me encontraba en la
cárcel de ese pueblo, por daños a terceros, escándalo público; cuando pidieron
mi respectiva información, un extraño tic en mi rostro se pudo notar como si
estuviera mintiendo, el jefe de policía menciono que me llevaría al cuarto de
motel donde estaba hospedado. Al acercarme observe un gran bosque, hice un
movimiento brusco que golpeo al oficial haciéndolo descarrilar, hacia el
bosque, con una gran jaqueca desperté pude apreciar que el policía estaba
gimiendo con su cabeza casi abierta, tenía que huir pero mi obsesión por el
dolor me domino, agarre los dos extremos de la cabeza con todas mis fuerzas
halándolas y alejándolas de su centro, era tan sublime que el cerebro salió
despedido hacia el parabrisas, tanta era mi excitación que quise saborear un
trozo de su materia gris; tan deliciosa y exquisita como un manjar de Dios. Mi
lentitud por el impacto hizo que los de más policías me encuentren tan cerca de
esta horrible escena criminal.
Después de un brutal interrogatorio y sus
ineptas investigaciones decidí confesar de todos mis crímenes para que acabara
el cuestionamiento de mi locura.
Hoy golpea a mi reja, el mismo celador de
hace ya cuatro años, su vista siempre tan vengativa; ¿mis actos en libertad
fueron tan atroces? ¿Acaso nunca soñaron con vengarse o matar a otro ser? ¿Creen
que la muerte le interesa saber sus nombres o sentimientos?
Hoy la sociedad me sentencia a la pena de
muerte, y no siento remordimiento alguno; a todos nos llegara de una u otra
forma el fin de una vida mortal. La diferencia es que yo cumplí mis más
hermosos sueños, mientras que ustedes viven sentimentalmente frustrados.
Solo puedo recomendarles: Mata, viola,
asesina, se un caníbal, experimenta con el extremismo puro del placer, llega y
has probar el semen de la vida y la hoz de la muerte a quien o a quienes se lo merezca
o no se lo merezca la diferencia no existe.
El infierno me aguarda, la condena y sufrimiento
en el ardor de las pailas del panóptico serán una delicia comparado con mis
actos cometidos. Mi sonrisa de oreja a oreja no será colgada, ni degollada, si
no que será eterna en la vida y mente de los débiles humanos.
INFERNO SADOGOAT
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